Héctor Serrano es un diseñador industrial valenciano con una trayectoria consolidada entre Londres y Valencia, donde combina innovación, funcionalidad y una sensibilidad profundamente humana. Fundó su estudio en 2000 tras formarse en el Royal College of Art, y desde entonces ha desarrollado proyectos de producto, espacios y comunicación para firmas como FontanaArte, Roca, Gandía Blasco o Seletti, entre muchas otras.
Su trabajo se distingue por reinterpretar objetos cotidianos con ingenio y cercanía, dando lugar a piezas icónicas como la lámpara Superpatata, que lo catapultó internacionalmente. Ha sido premiado con reconocimientos como el Red Dot Design Award o el Premio Nacional de Diseño 2024, y su obra forma parte de museos como el Cooper-Hewitt de Nueva York o el V&A de Londres.
Con sede actual en Valencia, su enfoque creativo une sostenibilidad, emoción y funcionalidad, posicionándolo como una de las voces más reconocidas del diseño contemporáneo español.
Entrevista a Héctor Serrano
¿Qué le llevó a convertirse en diseñador de productos/muebles para la casa?
Yo era un mal estudiante, de hecho repetí el que antes se llamaba COU, el último curso antes de la carrera. Un amigo me comentó que había una carrera que se llamaba diseño que estaba basada todo en proyectos y con muy poco de codos, así que allí fui yo, sonaba interesante. Descubrí entonces el diseño que era totalmente desconocido para mi y pase del peor estudiante a uno de los mejores. Es lo que sucede cuando encuentras lo que te gusta y motiva. Lo curioso es que a varios compañeros de carrera que son ahora extraordinarios diseñadores les pasó exactamente igual.
¿Qué tiene que tener un diseño para convertirse en un éxito?
Esto creo que no lo sabe nadie. No creo que haya una fórmula mágica para acertar, si lo hubiera, sería muy fácil. Prefiero hablar de un buen diseño que con suerte se pueda convertir en éxito.
En este sentido creo un buen diseño tiene que conectar con la persona, que diga mucho con muy poco, que guste y no sabes porque, tiene que seducir sin intentar, enamorar de cerca, no pasar de moda, que al verlo te atraiga y cuando lo toques te alucine, que guste más cuanto más lo uses, tienen que producir un cierto deja vu siendo sorprendentemente original, ser modesto y sencillo.

¿Cuál es, de entre todos los productos que ha diseñado, del que se siente más satisfecho?
Esto es como preguntarle a un padre cuál es su hijo favorito. Todos son importantes y a todos les ponemos todo el cariño para llegar al mejor resultado posible. Dicho esto uno de los más recientes y que son especialmente significativos es el proyecto Tierra, Mar y Aire para Faro Barcelona.
La colección es un homenaje a la naturaleza de la mano de la impresión 3D con bioplásticos y plásticos reciclados como redes de pesca. Gracias a la tecnología aditiva, podemos no solo fabricar productos con materiales reciclados sino localmente, bajo demanda y sin necesidad de moldes, reduciendo así el estocaje, transporte y en consecuencia su impacto ambiental.
Ha trabajado con empresas de renombre como Muji, Gandía Blasco o Droog Design, y sus piezas han llegado a museos como el Victoria & Albert o el Cooper-Hewitt. ¿Cuál ha sido el mayor reto —o aprendizaje— al adaptar su lenguaje personal a marcas tan distintas y contextos tan variados?
En el estudio hacemos una gran variedad de tipologías de proyectos, desde instalaciones para coachella, un autobús, pasando por mobiliario o iluminación o pequeños productos. Siempre es un reto abordar una nueva tipología y siempre es muy enriquecedor.
Creo que el no ser especialista en cierto modo te da una capacidad de poder exportar conocimientos de una área a otra aportando una visión especialmente innovadora. Al mismo tiempo requiere un esfuerzo grandísimo porque cada nueva área es un mundo en que hay que aprender constantemente.

¿En qué se inspira? ¿Dónde encuentra la inspiración?
La inspiración está en el día a día, en saber mirar, en tener curiosidad y ver lo que te rodea de forma diferente dependiendo de cómo lo mires e interpretes. Esto tiene que ver con tener el proyecto en la cabeza y, como decía Picasso, “la inspiración existe pero te tiene que encontrarte trabajando”. Puede venir de una película, una conversación, algo que ves paseando, de un proceso industrial, de descontextualizar un objeto o incluso de otro proyecto. Nuestro proceso de creación no es lineal, requiere ir y volver, probar, testear y experimentar.
Su trabajo destaca por reinterpretar objetos cotidianos con humor y poesía, como el botijo “La Siesta” o las servilletas “Dress for Dinner”. ¿Qué busca provocar en el usuario con ese enfoque tan personal?
Busca conectar emocionalmente con el usuario. Creo que es importante que nos sintamos identificados de la manera más humana, emocional y extraordinaria posible con el objeto para valorarlo y de esta forma se convierten en atemporales promoviendo el uso responsable y evitar la cultura de usar y tirar.
¿Cómo es un día de trabajo en su vida?
Depende mucho en qué proyecto estamos trabajando. Ahora mismo tenemos una gran variedad de proyectos en marcha y cada uno en fase distinta. Depende de la fase, puede que esté bocetando o revisando detalles de producción. Mucho del tiempo se va en gestionar y en reuniones con los diferentes equipos de trabajo de cada uno de los proyectos.
¿Cuál cree que va a ser la pieza de esta temporada?
No sabría decirte, en la última feria de Milán vi piezas muy interesantes pero es difícil saber si serán o no piezas destacables a largo plazo.
¿Cómo ve el futuro en el mundo del diseño de mobiliario?
Creo que es evidente que como todo nuestro sistema productivo pasa por la sostenibilidad y replantearnos la relación con los recursos naturales. La sencillez y honestidad en las formas y materiales es un valor que es especialmente relevante en el momento en el que vivimos.
¿Con quién le gustaría trabajar?
Me gustaría trabajar con mucha gente, la lista es muy larga. Pero sobre todo lo que veo importante es que sean relaciones a largo plazo y sólidas para construir juntos un buen proyecto.
Si no hubiera sido diseñador, sería…
La verdad es que no creo que pudiera haberme dedicado a otra profesión al menos con la pasión con la que le pongo al ser diseñador.
Para conocerle mejor:
Un color: Todos, depende el uso y el contexto habrá uno más adecuado.
Un material: Lo mismo que con la pregunta de color.
Un diseñador al que admire: Muchos, pero por citar uno diría Castiglioni.
Una pieza que le inspire: Más que una pieza me inspira el día a día.
Su rincón favorito de la casa: El momento de la mesa donde todos los días como con mi mujer e hijos.
Un lugar donde vivir: Cerca del mar.
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