Arquitecto de formación y diseñador por vocación, Roberto Paoli es una de las figuras más versátiles y sensibles del diseño italiano contemporáneo. A lo largo de su trayectoria ha sabido conjugar la funcionalidad con la emoción, la precisión arquitectónica con la intuición artística. Desde sus primeras colaboraciones con firmas como Nemo, Ligne Roset o Fiam, Paoli ha consolidado un lenguaje propio en el que la luz, la memoria y la ironía conviven en equilibrio.

En esta entrevista exclusiva para OcioHogar, el diseñador comparte sus ideas sobre la inspiración, la evolución del diseño industrial y la responsabilidad creativa en un mundo saturado de objetos.

Entrevista a Roberto Paoli

¿Qué lo llevó a convertirse en diseñador de productos y mobiliario para el hogar?

En realidad, mi trayectoria comenzó con estudios bastante tradicionales: estudié arquitectura en Florencia y me gradué en historia de la arquitectura. Sin embargo, siempre tuve una gran pasión por el diseño. Una vez finalizada la universidad, me orienté inmediatamente hacia este ámbito. Ya durante mis estudios universitarios, en los años 90, había elegido algunas materias y proyectos más ligados al mundo del diseño.


En Florencia existía una división de diseño industrial con nombres realmente importantes, y eso me dio la primera oportunidad de acercarme a un mundo que ya sentía como mi vocación.

mesa de centro tarta low table
Mesa de centro Tarta Low Table, diseño de Roberto Paoli para Slide. Un ícono del diseño italiano contemporáneo.

¿Qué debe tener un diseño para convertirse en un éxito?

Creo que un diseño exitoso debe saber hablarle a las personas de forma sencilla pero profunda, uniendo funcionalidad y estética, respondiendo a una necesidad real o creando una conexión emocional. Además, uno de mis maestros, Castiglioni, enseñaba que un objeto destinado a perdurar en el tiempo debe tener dos ingredientes: ironía y memoria.

Ironía, en el sentido de romper un poco los esquemas y quizá provocar una sonrisa; y memoria, porque una referencia al pasado puede reconfortar a quien usa el objeto. Son dos elementos que trato de incluir a menudo en mis proyectos para dar vida a un buen diseño.

De todos los productos que ha diseñado, ¿cuál es el que más lo satisface?

En realidad, hay muchos que aprecio, pero entre mis favoritos está la lámpara de pie Tru para Nemo. Es realmente la síntesis perfecta de cómo concibo un objeto: una pieza que tiende casi a desaparecer como presencia física, privilegiando la luz. Hay un punto de vista desde el cual, al mirarla, no percibes ningún grosor y casi no entiendes de dónde proviene la luz. Fue una gran satisfacción ver cómo una idea así cobraba vida de una forma tan fiel a mi visión.

¿En qué se inspira? ¿Dónde encuentra la inspiración?

La inspiración está realmente en todas partes. Sin duda, tomo mucho del mundo del arte, de la evolución de las formas y del estado del arte en general. Pero también puede venir de muchas otras situaciones: de la naturaleza —observando una flor o una mariposa—, de un viaje, o de un objeto antiguo que encuentro en un mercado. Moverse, viajar, visitar lugares, o simplemente pasear por la naturaleza y observar cómo se hacían ciertos objetos antes… todo eso puede encender esa chispa que luego genera una idea. En definitiva, la inspiración nace de la observación constante y de la curiosidad por todo lo que nos rodea.

Seminato Mercadante no es solo un estudio, sino también un espacio expositivo en un edificio histórico de Milán. ¿Cómo influye ese entorno en su proceso creativo y qué tipo de diálogo busca establecer entre ese lugar y los objetos que diseña?

Seminato del Mercadante fue mi espacio de trabajo durante más de diez años. Era una antigua tienda de accesorios para autos y motos que renové manteniendo su atmósfera original: pisos de terrazo, carpintería de época, todo conservado lo más posible como estaba. Mis objetos encontraban allí un diálogo natural con el pasado.

Ahora me he trasladado a un nuevo espacio, llamado La Panetteria del Seminato, que era una vieja panadería también conservada con sus materiales originales. Mantuvimos las paredes revestidas de azulejos blancos, los pisos de graniglia, dejando todo como era antes, pero con funcionalidades modernas. De este modo, siempre hay una referencia al pasado que se integra perfectamente con mis objetos, creando una comunicación continua entre el espacio y el diseño.

¿Cómo es un día de trabajo en su vida?

Mi jornada laboral siempre es una mezcla. Generalmente paso parte del día en la oficina, intercambiando ideas con mis colaboradores, haciendo reuniones para activar nuevos proyectos y desarrollar ideas. Pero mi trabajo no se detiene ahí. La inspiración no llega solo estando frente a una computadora o encerrado en el estudio, por más que sea un espacio diseñado para fomentar la creatividad. En realidad, una parte fundamental de mi trabajo ocurre cuando viajo, cuando conozco gente, cuando visito lugares. 

Cada desplazamiento, cada experiencia fuera del estudio, es una oportunidad para encontrar nuevas ideas. Así que, incluso explorar el mundo forma parte de mi trabajo.

¿Cuál cree que será la pieza de esta temporada?

En cuanto a mi producción, diría que la última pieza en la que apostamos mucho es la silla Pad, que diseñé para Connubia. Es una silla acolchada tanto en el asiento como en el respaldo, con una estructura metálica muy simple que recuerda un poco las líneas de los años 70 y 80. Hay un toque de ironía en el hecho de que esa estructura delgada sostenga dos cojines bastante presentes, lo que la hace cómoda y visualmente un poco divertida.

Además, es una pieza muy ingeniosa: tiene colores frescos, un diseño joven y un precio accesible, pensada también para quienes amueblan su primera casa. Así que diría que la silla Pad podría ser realmente la pieza de esta temporada… y probablemente también de las próximas.

¿Cómo ve el futuro del mundo del diseño del mueble?

No es fácil decirlo, porque lo veo con altibajos. A esta altura de mi carrera, he visto al mercado oscilar muchas veces: hay períodos de auge y otros de desaceleración, lo cual depende a menudo de las situaciones globales, de las incertidumbres políticas o económicas. Cuando la gente está preocupada, tiende a frenar las compras; cuando hay más serenidad, también hay más ganas de invertir en nuevos productos.

Dicho esto, dejando de lado esos factores externos, me mantengo optimista. Veo el mundo del diseño en crecimiento, porque las personas están cada vez más atentas a rodearse de objetos bellos y a mejorar su entorno. En definitiva, soy optimista.

¿Con quién le gustaría trabajar?

Debo decir que soy muy afortunado, porque las grandes marcas con las que soñaba colaborar hoy son mis clientes, así que estoy realmente satisfecho. Sin embargo, debo admitir que me encantaría trabajar con IKEA. El diseño industrial, por su propia naturaleza, debería estar abierto a un público amplio, aunque a veces algunos productores lo hayan vuelto un poco elitista. IKEA, en cambio, logra mantener una estética agradable y accesible para muchos, lo que la convierte en un canal de expresión perfecto para un diseñador.

Ha ganado numerosos Good Design Awards con piezas muy diferentes (espejos, lámparas, mesas, sillas). ¿Cómo ha evolucionado su visión del diseño en esta década y qué valor le da a este reconocimiento?

Sí, ciertamente los premios son una especie de confirmación de que uno va en la dirección correcta y de que lo que hago gusta. Me dan consuelo y me motivan a seguir. Sin embargo, en estos años mi visión del diseño se ha vuelto cada vez más selectiva, porque vivimos en un mundo saturado de objetos. 

Cuando decido crear uno nuevo, debe haber una motivación fuerte detrás: no quiero simplemente añadir una alternativa a lo que ya existe. Por eso mis objetos premiados son tan distintos entre sí: los creo solo cuando tengo una idea que realmente merece existir. Ese es el valor que encuentro en los reconocimientos: me animan a seguir por este camino, a hacer diseño con responsabilidad.

Lámpara de suspensión Giotto
Lámpara Giotto, diseño de Roberto Paoli para Slide. Una escultura luminosa que combina pureza geométrica y tecnología LED.

Si no hubiera sido diseñador, habría sido…

Un rockstar.

Para conocerlo mejor:

Un color: verde
Un material: cemento
Un diseñador que admira: Piero Lissoni
Una pieza que lo inspira: la Poltrona Utrecht de Rietveld para Cassina
Su rincón favorito de la casa: la cocina
Un lugar donde vivir: París

Transcripción de la entrevista original en italiano

Cosa l’ha portata a diventare designer di prodotti/arredi per la casa?

In realtà il mio percorso è iniziato con studi piuttosto tradizionali: ho studiato architettura a Firenze e mi sono laureato in storia dell’architettura. Tuttavia ho sempre avuto una grande passione per il design. Una volta conclusa l’università, mi sono subito orientato verso questo ambito. Già durante il mio percorso universitario negli anni ’90, infatti, avevo scelto alcuni esami e progetti più legati al mondo del design. A Firenze c’era una divisione di disegno industriale con nomi davvero importanti, e questo mi ha dato la prima opportunità di avvicinarmi a un mondo che già sentivo come una mia vocazione.

Che cosa deve avere un design per trasformarsi in un successo?

Credo che un design di successo debba saper parlare alle persone in modo semplice ma profondo, unendo funzionalità ed estetica e rispondendo a un bisogno reale o creando una connessione emotiva.
In più, uno dei miei maestri, Castiglioni, insegnava che un oggetto destinato a durare nel tempo deve avere due ingredienti: ironia e memoria.

Ironia, nel senso di rompere un po’ gli schemi e far magari scappare un sorriso, e memoria, perché un riferimento al passato può rassicurare chi usa l’oggetto. Sono due elementi che cerco spesso di inserire nei miei progetti per dare vita a un buon design.

Qual è, tra tutti i prodotti che ha disegnato, quello di cui si sente più soddisfatto?

In realtà ce ne sono tanti che apprezzo, ma tra i miei preferiti c’è la lampada da terra Tru per Nemo. È davvero la sintesi perfetta di come concepisco l’oggetto: un pezzo che tende quasi a scomparire come presenza fisica, privilegiando la luce. C’è un punto di vista, guardandola, in cui non percepisci alcuno spessore e quasi non capisci da dove arrivi la luce. È stata una grande soddisfazione vedere un’idea così prendere vita in modo così fedele alla mia visione.

A cosa si ispira? Dove trova l’ispirazione?

L’ispirazione è davvero ovunque. Inizio col dire che sicuramente traggo molto dal mondo dell’arte, dall’evoluzione delle forme e dello stato dell’arte in generale.

Ma poi, davvero, l’ispirazione può arrivare da tantissime situazioni: dalla natura, magari osservando un fiore o una farfalla, oppure da un viaggio, da un oggetto del passato che vedo in un mercatino.


Muoversi, viaggiare, visitare, ma anche semplicemente passeggiare nella natura o guardare come erano fatti certi oggetti un tempo, tutto questo può accendere quella scintilla che poi genera un’idea.
Insomma, l’ispirazione nasce davvero dall’osservazione continua e dall’essere curiosi di tutto ciò che ci circonda.

Seminato Mercadante non è solo uno studio ma anche uno spazio espositivo in un edificio storico di Milano. In che modo questo ambiente influisce sul suo processo creativo e che tipo di dialogo cerca di stabilire tra quel luogo e gli oggetti che progetta?

Seminato del Mercadante è stato il mio spazio di lavoro per oltre dieci anni. Era un vecchio negozio di accessori per auto e moto che ho ristrutturato mantenendo l’atmosfera originaria: pavimenti in seminato, infissi d’epoca, tutto lasciato il più possibile com’era. I miei oggetti trovavano lì un dialogo naturale con il passato.

Ora però mi sono spostato in un nuovo spazio, chiamato La Panetteria del Seminato, che era una vecchia panetteria anch’essa mantenuta nei materiali originali. Abbiamo mantenuto le pareti rivestite di mattonelle bianche, i pavimenti di graniglia, lasciando tutto come era un tempo, ma con le funzionalità moderne.

In questo modo c’è sempre un richiamo al passato che si integra perfettamente con i miei oggetti, creando una comunicazione continua tra lo spazio e il design.

Com’è una sua giornata di lavoro?

La mia giornata di lavoro è sempre un mix. Di solito passo una parte della giornata in ufficio, confrontandomi con i miei collaboratori, facendo meeting per attivare nuovi progetti e sviluppare idee.
Però la mia giornata lavorativa non si ferma certo lì. L’ispirazione non arriva soltanto stando davanti a un computer o restando chiusi in studio, per quanto sia uno spazio che ho progettato per favorire la creatività.
In realtà, una parte fondamentale del mio lavoro avviene quando viaggio, quando incontro persone, quando visito luoghi. Ogni spostamento, ogni esperienza fuori dal mio spazio di lavoro è un’occasione per trovare nuove idee. Quindi anche il semplice esplorare il mondo fa parte del mio lavoro.

Quale crede sarà il pezzo di questa stagione?

Per quanto riguarda la mia produzione, direi che l’ultimo pezzo su cui puntiamo molto è la sedia Pad, che ho disegnato per Connubia. È una seduta imbottita, sia nella seduta che nello schienale, con una struttura metallica molto semplice che richiama un po’ le linee degli anni ’70 e ’80.

C’è un tocco di ironia nel fatto che questa struttura esile supporta due cuscini ben presenti, rendendola comoda e anche visivamente un po’ divertente.


In più, è un pezzo davvero furbo: ha colori freschi, un design giovane e un prezzo contenuto, pensato anche per chi sta arredando la sua prima casa.
Quindi direi che la sedia Pad potrebbe davvero essere il pezzo di questa stagione, e probabilmente anche delle prossime.

Come vede il futuro del mondo del design del mobile?

Non è facile dirlo, perché lo vedo tra alti e bassi. Arrivato a questo punto della mia carriera, ho visto il mercato oscillare molte volte: ci sono periodi in cui tutto va verso l’alto e altri in cui rallenta, e questo dipende spesso dalle situazioni globali, dalle incertezze politiche o economiche. Quando le persone sono preoccupate, tendono a frenare gli acquisti; quando c’è più serenità, c’è anche più voglia di investire in nuovi prodotti. Detto questo, se non consideriamo questi fattori esterni, io rimango ottimista.

Vedo il mondo del design in crescita, perché le persone sono sempre più attente a circondarsi di oggetti belli e a migliorare il proprio ambiente. Quindi, in fin dei conti, sono fiducioso.

Con chi le piacerebbe lavorare?

Devo dire che sono molto fortunato, perché i grandi brand con cui ambivo collaborare sono già oggi miei clienti, quindi sono davvero soddisfatto. Tuttavia, devo ammettere che mi piacerebbe molto lavorare con IKEA.

Il design industriale, per sua natura, dovrebbe essere aperto a un pubblico molto ampio, anche se a volte alcuni produttori lo hanno reso un po’ elitario. IKEA, invece, riesce a mantenere un’estetica piacevole e accessibile a tanti, e questo la rende un canale di espressione perfetto per un designer.

Ha vinto numerosi Good Design Awards con pezzi molto diversi (specchi, lampade, tavoli, sedie). Come si è evoluta la sua visione del design in questo decennio e quale valore trova in questo riconoscimento?

Sì, certamente i premi sono una sorta di conferma che si sta andando nella direzione giusta e che quello che faccio piace. Mi danno conforto e mi spingono a continuare. Tuttavia, in questi anni la mia visione del design è diventata sempre più selettiva, perché viviamo in un mondo saturo di oggetti.

Quando decido di crearne uno nuovo, deve esserci una forte motivazione dietro, non voglio solo aggiungere un’alternativa a ciò che esiste già. Per questo i miei oggetti premiati sono così diversi tra loro: li creo solo se ho un’idea che davvero merita di esistere. E questo è il valore che trovo nei riconoscimenti: mi incoraggiano a continuare su questa strada, a fare design con responsabilità.

Se non fosse stato designer, sarebbe stato…

Una rockstar.

Per conoscerla meglio

Un colore: il verde

Un materiale: il cemento

Un designer che ammira: Piero Lissoni

Un pezzo che la ispira: la Poltrona Utrecht di Rietveld per Cassina

Il suo angolo preferito della casa: la cucina

Un luogo in cui vivere: Parigi